He pensado que tras haberos hablado ya con cariño de la masa madre podría presentaros a otro de mis "inquilinos permanentes" en la cocina, el disco de kombucha o SCOBY en inglés,
un acrónimo de symbiotic culture of bacteria and yeast, es decir, una cultura simbiótica de levaduras y bacterias. Esta pequeña convivencia de microorganismos tiene forma de disco gelatinoso y trabaja fermentando el te azucarado y convirtiéndolo en una especia de sidra algo espumosa con multitud de beneficios y un sabor agradable.
No voy a hablar de los beneficios que se esperan de él, yo os voy a contar mis sensaciones tras unos meses tomando todas las mañanas un vaso de ésta bebida. Para empezar es muy refrescante y tras tomarla te sientes más despierta y con más energía, regula el tránsito intestinal a los pocos días y, no sé si se debe a él o no pero he pasado el primer invierno sin un catarro, así que ya veis, scoby ha llegado a mi casa para quedarse. Cada fermentación requiere al menos una semana pero si produces unos dos litros es suficiente para una persona, el disco crece con el tiempo y forma otro encima que puedes dividir y usar para fermentar más kombucha. Es una bebida que puedes mezclar con zumos o alguna bebida alcohólica y crear tus propios cockteles. Otro día os hablo de mi tercer inquilino...
blog de cocina macrobiótica con énfasis en la repostería, ideas creativas y productos naturales
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