Hace años me dieron unas semillas para plantar el árbol del tomate, así mismo me lo dijeron y yo, que siempre me lanzo a probarlo todo, las puse en tierra y las regé. Al año siguiente ya tenia una bonita planta, la verdad es que tenía una hojas enormes preciosas, le busqué un sitio resguardado del frío en el jardín y la transplanté. En pocos años tenia un árbol de hojas preciosas que empezó a dar un montón de frutos que no había visto en mi vida. Empecé a investigar hasta descubrir que los frutos eran tamarillos y parece ser que son fuente de vitaminas y fibras entre otras muchas propiedades, menudo descubrimiento porque el arbolito en cuestión es una preciosidad, llega el invierno y parece un árbol de navidad con sus gigantes hojas verdes y sus tamarillos naranjas colgando como bolas, en la foto lo veis en pleno invierno, pierde bastantes hojas al final pero en seguida nacen nuevas en primavera, en la foto veis la cantidad de tamarillos que produce, hay un montón en el suelo porque la noche anterior hubo una tormenta bastante fuerte y al estar maduros la mayoría cayeron al suelo, por eso estoy en pleno apogeo de recetas con ellos, quiero aprovecharlos. La fruta creo que se llama también tomate de invierno y con razón, el fructifica cuando los otros tomates mueren, a finales de verano ya tiene un montón de pequeños frutos que acaban de madurar en invierno. Es un árbol muy agradecido porque no necesita ningún cuidado si el sitio en el que está le protege de vientos y fríos, además produce un montón de tamarillos cada año.
El tamarillo es originario de los Andes peruanos, pertenece a la familia del tomate y su sabor es agridulce y fuerte.
Ojo no confundas tamarillo con tamarindo, ambos tienes muchas cosas en común: los dos arboles son sensibles a las heladas, ambos tienen un sabor algo ácido y se usan en salsas agridulces estupendas pero su aspecto y propiedades son bien diferentes.
El zumo de tamarillo es remedio estupendo para catarros, gripes y dolencias de garganta en los países de Sudamérica de donde es originario . El tamarillo también se puede comer crudo en ensaladas y hacer salsas agridulces estupendas, ideales para acompañar carnes. Tienes que tener en cuenta que su piel es bastante dura así que siempre es mejor pelarlos, para que sea más fácil es mejor escaldarlos unos segundos en agua hirviendo. También recuerda que sus semillas son como piedras así que si quieres conservar tus dientes es mejor quitarlas si los comes crudos o triturarlas bien si están cocinados. Hoy os traigo dos recetas con este producto, el zumo y la salsa
Receta zumo anti-catarro: 6 tamarillos pelados y cortados en cuatro trozos, 1 litro de leche, 3 cucharadas de azúcar moreno, una pizca de canela y hojas de menta o hierbabuena. Colarlo y disfrutarlo.
Receta salsa agridulce: 1 Kg. tamarillos pelados, 1 cebolla mediana, 30 gr. aceite oliva, 1 cucharada de azúcar, pizca de sal, pizca canela (opcional),1 trozito pequeño de jenjibre fresco (opcional). Sofreir la cebolla y luego añadir el resto, cocinarlo a 100 grados 15 minutos y triturar bien. Puedes también seguir tu receta preferida de salsa de tomate al hacerla sustituyendo tomate por tamarillo.
blog de cocina macrobiótica con énfasis en la repostería, ideas creativas y productos naturales
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El nombre tamarillo es un inveto de neo zlandesrsse refieren al chilto
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